Gabriela Vinograd
Mi búsqueda poética se basa en la memoria, la infinita, la atávica, la que circula en el ADN. La que se transmite de una generación a otra. Todas las memorias que habitamos, las que transitamos diariamente y las que tuvieron quienes nos precedieron. Nietos de inmigrantes, sobrevivientes de sobrevivientes.
Me convoca lo social, la denuncia de mandatos, las rutinas domésticas y las pequeñas revoluciones que fueron despertando en lo íntimo e impactaron lentamente en lo público. Entonces mi abordaje va surgiendo en combinación con alguna foto antigua del gran archivo personal que he heredado y que desde la ingenuidad de las poses de los y las protagonistas descubren arquetipos universales de la época con lamentable vigencia en el imaginario.
Trabajo a partir objetos que tienen una historia, me convocan las palabras que quedan explícitas en la materia. Lo conceptual surge alineado con mi propias experiencias. Texturas y vivencias quedan entrelazadas en un improvisado lienzo que nunca es una hoja en blanco.
El proceso adquiere un nuevo sentido a partir de collages que se configuran desde un extenso archivo fotográfico familiar, que narran en cada imagen sin quererlo, historias arquetípicas que exceden lo personal.
Imprimir las telas heredadas en las que elijo hacer mi obra, es como reescribir la historia. En un género antiguo se alojan para siempre historias, manchas, conversaciones, discusiones. El vínculo con ese trozo de género es mucho más intenso si desde su amorosa confección intervienen manos familiares. Los recuerdos resucitan de manera intermitente en el paladar y en la retina. Omnipresentes en lo cotidiano, atravesando mis días.
La intervención en el lino heredado resignifica la tarea previa de mi abuela, ese bordado escribe un legado que empiezo a torcer con mi propio hilo.
“De a dos”
Collages digitales basados en fotos de archivo familiar impresos sobre servilletas heredadas, bordadas con lurex, Mouline y telas montados sobre madera. Enmarcado con madera de kiri y vidrio por @espacio_mo
.
Dos que son sujeto e individuo. Objeto y colectivo. Dos miradas, dos historias, dos pasados que convergen para intentar construir un único futuro. Dos que se retroalimentan en sus llagas con sales de algún mar que ya ha muerto. Muchos murieron por amar pero TODAS amaron para morirse en el otro hasta desaparecer.
La mujer como fantasma de ese amor impuesto por mandato como exclusivo alimento de su espíritu y cotidianidad. Lo doméstico como proyecto. Su hogar, todo, universo y cárcel.
Serie Pandatos
“Boda Plantada”
De mandatos impuestos, libertades perdidas, amores forzados, despotismos ilustrados y otros vericuetos del patriarcado de la vida.
. Medida: 22cm de Diámetro
. Técnica: Collage Digital sobre foto de archivo familiar, impresión sobre carpeta textil heredada, pintura con acrílicos, fibras, lápices y bordado final.
La serie que integra esta obra se basa en la revisión del mandato impuesto para el género femenino, los logros alcanzados por las generaciones sucesivas y, en ese tránsito, el rompimiento de un legado. En complicidad con lo doméstico; las servilletas antiguamente bordadas por mi abuela, aluden a lo cotidiano, a lo invisible que queda en la retina de los paisajes diarios. Capturando así la entrega de mujeres que ocupaban su tiempo en bordarlos; esperando, haciendo y nuevamente esperando. A sus hombres, a sus hijos, a su propia muerte. Sucesiva e infinitamente a lo largo de sus vidas.
“DESDRAMA” 2018 (Instalación de 110 x 110 cms)
Centro Cultural de la Cooperación / Septiembre 2018
Técnica: impresión sobre tela de fotos de archivo familiares, collage analógico, acrílico y bordado
Soporte: servilletas antiguas heredadas, bordadas por la familia sobre vidrio de ambos lados y marco de madera
Desdrama destraba, desliga, desarma. Abraza, alivia, rompiendo legados. Infinitos, densos, aún húmedos en la memoria personal y colectiva. Historias de generaciones se van bordando, dialogando con lo ya realizado por mi propia abuela en unas servilletas que hoy funcionan como médium. Lo dramático se hace ordinario, cómplice, irónico. Se suaviza con el tiempo y también con el hilo. Memorias trágicas y cercanas, que lo explican todo sin saber nada.
“Hermanas”
obra realizada sobre carpeta bordada familiar, collage digital impreso e intervenido con acrílicos, telas y nuevo bordado final.
Medidas 135 x 43 cm enmarcado con vidrio y marco antiguo dorado a la hoja.
Hermanas de mandatos impuestos, de logros escondidos. Sangre y lucha corren en venas paralelas de cuerpos simbiotizados, éxitos aplacados para evitar desentonar de la melodía de lo establecido.
Hermanas de sol, de luna. De camas y secretos compartidos. Rompiendo moldes, estructuras que crujen como madera de solo imaginar su luz. Lo doméstico como proyecto, como única salida y la osadía de atravesarlo. La familia presente en el soporte, que recibe, esconde, contiene y como un juego marca el ritmo de lo permitido. Las huellas lúdicas de una infancia y una adultez que terminó, tal vez demasiado pronto.
Instalación Mujeres
Mujeres lluvia, bosque y montaña.
Río copioso, océano profundo.
Luna que encandila, sol que arde, que energiza.
Somos cultivo y siembra.
Fruto que nutre y abastece.
Somos tierra y hogar.
También raíces, también tronco.
Somos poderosas.
Somos naturaleza.
Instalación recorrible que emula la acción cotidiana y doméstica
de colgar la ropa con imágenes de libertad. Revolucionarias del zaguán rompiendo mandatos.
Mujeres independientes sorteando naturalezas aguerridas, mundos
complejos se traducen a unas servilletas que hoy funcionan como
médium. Lo dramático se hace ordinario, cómplice, irónico. Se suaviza
con el tiempo y también con el hilo. Memorias trágicas y cercanas, que
lo explican todo sin saber nada. Mujeres que se superaron, como la
naturaleza. Heroínas de entrecasa.
